Quintonil
Arte culinario en Polanco.
Desde antes de visitar
Quintonil uno se da cuenta que este lugar no es como la mayoría de los restaurantes en la ciudad. Las reservaciones se deben hacer con un mínimo de 3-4 semanas de anticipación para encontrar la mesa y hora que te acomode y cuando al fin llega el día tan esperado, lo mejor es ir en taxi ya que el restaurante no cuenta con servicio de valet! Esto puede parecer algo extraño, pero más adelante veremos la lógica razón por la que el chef/socio Jorge Vallejo y su esposa y socia Alejandra decideron omitir este gasto que podría parecer insignificante comparado con los precios que uno ve en su carta. Otro detalle al que no estamos acostumbrados es que al final de la comida cuando pedimos otra copa – la infame caminera – el atento mesero nos informó: "Sí se las voy a traer, pero a las 18:30 se tienen que levantar de la mesa porque viene otro turno." Nos apuramos a tomarla, pedimos la cuenta, pagamos y nos fuimos a otro conocido lugar de Polanco a disfrutar lo que resultó ser la 2da. y 3er. camineras – que por cierto costaron la mitad que en Quintonil – en un lugar de lo más agradable donde el mesero insistió que no había prisa y que esta era nuestra casa.
¿Entonces que tiene
Quintonil que maravilla a mexicanos y extranjeros? ¿¡Qué tiene
Quintonil que constantemente figura en las listas de los mejores restaurantes no solo de Latinoamérica sino del mundo!? La respuesta es: mucho.
Sin enumerar las credenciales que tanto el chef Vallejo como Alejandra Flores tienen, basta decir que el equipo que han logrado conformar y los conocimientos que tienen de la industria vienen de experiencia en los "mejores restaurantes del mundo", estudios superiores y por supuesto arduo trabajo práctico. De esta manera comienza la experiencia en
Quintonil.
Como es de esperar, los ingredientes que se usan son frescos, locales y de temporada. La composición de los platillos se desborda en imaginación y la presentación de los alimentos es brutalmente artística. Parecería que Vallejo intenta hacer con sus platillos la mejor promoción que se pueda de México, poniendo en alto los ingredientes de nuestros antepasados que solamente son utilizados en nuestro país. Un par de entradas nos parecieron algo ácidas y uno de los platos fuertes algo seco y no digno de volver a pedirse. Esto último, es por supuesto siendo críticos y sin quitar mérito a los demás alimentos. La combinación de sabores y texturas sorprende a los paladares más exigentes. Una "simple" ensalada o un pescado nos sorprenden tanto que las razonables porciones nos parecen muy pequeñas en cada platillo.
El servicio es tan atinado como los alimentos. Atento y ordenado te hace sentir especial, tanto que al momento de pagar la cuenta no te podrás rehusar a dar una buena propina. La actitud de los meseros es casual y no caen en el sobreservicio que suele encontrarse en restaurantes de este nivel. Las reglas son claras, no retires un platillo hasta que terminen los demás comensales, sirve todo al mismo tiempo, mantén la copa de vino siempre a un nivel adecuado, etc... etc... La memoria casi fotográfica del personal sale a la luz al ver el dominio del menú y la descripción de cada platillo.
La ubicación de Quintonil es excelente, en el corazón de Polanco con una entrada que solamente los que saben a dónde van podrán encontrar, nada ostentosa. Esto, de la misma forma, se traduce a un interior sobrio, sencillamente decorado dejando claro que ahí se va a comer y que ni los meseros vestidos de negro ni el local van a competir con lo espectacular de la comida.
El mundo ha cambiado despiadadamente en los últimos años y no siempre para bien. Cuando menos así se aprecia en
Quintonil cuando vemos, por un lado, que la gran mayoría de los clientes son extranjeros (razón por la cual no hay
valet parking).Por otro lado, observar como los "güeros" degustan estos maravillosos platillos vistiendo shorts, chanclas, camisetas mal planchadas, gorras de beisbol y demás prendas que se antojan para pasar una tarde a solas en casa viendo T.V., nos parece una falta de respeto y apreciación al gran esfuerzo que se lleva lograrlos y toda la logística que eso implica. Ahora bien, los dólares verdes que esta, al parecer eterna ola de extranjeros deja en
Quintonil, seguramente es la razón por la que sigue abierto y como se dice comúnmente: vivito y coleando.
Al final del día la experiencia en
Quintonil es de primer nivel. Una que todo amante de la buena comida debe experimentar cuando menos una vez al año. Te recomendamos ir en taxi, llevar tu cartera muy pachoncita, aclarra al mesero que hablas Español y por favor no vayas vestido con shorts!
Terminemos estas líneas transcribiendo algunos de los platillos que aparecieron en la carta de Quintonil el pasado 19 de noviembre 2021:
Entradas.
– Jitomates ahumados, aguacate, aderezo de quesillo con chapulines, hierbas oaxaqueñas.
– Cangrejo secretaria, mole verde de lima kaffir, albahaca tailandesa y tostadas de maíz azul.
– Tártara de aguacate tatemado, escamoles y chips quelites.
Fuertes.
– Lobina rayada, adobo de chapulines, coliflor, quelites zarandeados, aderezo de apionabo.
– Pollo rostizado al carbón, mole de macadamia, nectarina, escabeche de almeja.
– Cola de res en recado negro, puré de almendras, cebolla morada.
Postre.
– Flan de queso bola de Ocosingo, helado de apionabo.
– Mango colado, arroz tostado, algas marinas.
– Piedras de zapote negro, pimienta rosa, chocolate blanco caramelizado.
Ve todos los datos de
Quintonil en nuestra sección
Top 9 Restaurantes de la Ciudad de México 2021.